INGREDIENTES:
1 coliflor ( esta pesaba 1kg y cuarto)
ajo cortado pequeñíto
perejil
sal
vinagre de vino
aceite de oliva virgen extra
leche ( 1/2 vaso)
PREPARACIÓN:
Primero debemos partirla, no es complicado, pero hay que hacerlo con cuidado para no destrozar los ramilletes. Primero quitaremos las hojas verde con las manos.
Después tenemos que quitar el tronco más gordo para poder ir sacando los ramilletes.¡¡¡CUIDÁDO CON EL CUCHILLO!!
Después de la cirugía, hemos conseguido extirpar un buen trozo, aunque no todo.
Seguimos quitando tronco hasta que veamos los ramilletes.
Ya vemos los ramitos.
Es el momento de ir separando ramito a ramito.
Cuando ya tenemos todos los ramilletes separados, los ponemos en un bol...
... la enjuagaremos muy bien, llenaremos el bol con agua y le echaremos un generoso chorro de vinagre ( esto es para que si tiene bichítos, se despeguen) ...
taparemos con un plato hondo para hacer presión y que toda la coliflor quede sumergida en el agua.Dejaremos una hora más o menos.
Pasado el tiempo, la enjuagaremos muy bien, llenaremos una olla de agua, meteremos dentro la coliflor, echaremos un puñado de sal y la leche ( esto es para que la coliflor mantenga su color blanco y no suelte demasiado olor).
La pondremos a cocer ( para ser sincera, nunca me fijo en cuanto tiempo la tengo dentro) cuando la pincho y la veo blanda, la saco. Si no queréis que se deshaga mucho podéis dejarla mas entera, si os gusta deshecha, pues... vosotros mismos. Cuando la tengáis a vuestro gusto, la sacáis y la ponéis a escurrir. Mirad que blanca queda.
Cuando haya enfriado, la ponemos en una fuente y es el momento de aliñar al gusto: sal, ajo, perejíl picadíto, vinagre y aceite.
Es una receta fácil, rápida, se puede hacer de un día para otro (está mucho mejor).
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